En un país donde el desabasto de medicamentos ha sido una de las principales quejas ciudadanas en los últimos años, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo anunció un ambicioso plan que busca cambiar el panorama: la instalación de 15 mil Farmacias del Bienestar a lo largo y ancho del país, comenzando en agosto de 2025.
El anuncio lo hizo durante su tradicional conferencia matutina desde Palacio Nacional. Según explicó, este nuevo programa forma parte de la estrategia nacional para mejorar el abasto de medicinas, sobre todo en zonas alejadas y marginadas donde conseguir un medicamento puede ser tan complicado como costoso.
El plan se divide en dos frentes: 5 mil farmacias estarán ubicadas en comunidades apartadas, en las llamadas Tiendas del Bienestar —antes conocidas como Diconsa—, donde Birmex se encargará de entregar los medicamentos que, previamente, serán etiquetados de acuerdo con las consultas médicas realizadas por personal de enfermería en campo. Es decir, cada medicina estará asignada directamente a una persona, en un modelo de atención más personalizado.
Las otras 10 mil farmacias se colocarán afuera de los centros de salud de las tres grandes instituciones: IMSS-Bienestar, IMSS e ISSSTE. La idea es que los pacientes puedan recibir ahí mismo el medicamento que les recetaron, sin vueltas ni complicaciones.
¿Y qué tipo de medicinas tendrán estas farmacias? De entrada, estarán enfocadas en atender las enfermedades crónicas más comunes, como diabetes e hipertensión, dentro del programa “Salud Casa por Casa”, en el cual personal médico visita a adultos mayores y personas con discapacidad para darles seguimiento. Es decir, el modelo busca que la salud llegue hasta la puerta del hogar.
Aunque Sheinbaum no dio cifras exactas sobre la inversión que se destinará a estas farmacias, dejó claro que no se trata de un nuevo gasto, sino de una redistribución del presupuesto actual para la compra de medicamentos en 2025 y 2026.
Este proyecto refuerza la apuesta del nuevo gobierno por un sistema de salud con cobertura universal y acceso gratuito a tratamientos básicos, sobre todo para quienes más lo necesitan. Pero también lanza un mensaje político importante: en el arranque de su administración, Sheinbaum quiere dejar claro que salud y territorio van de la mano, y que nadie debería quedarse sin medicina por vivir lejos de una clínica o no tener con qué pagarla.
La implementación será todo un reto logístico —especialmente en regiones con difícil acceso y problemas de conectividad—, pero si funciona, las Farmacias del Bienestar podrían convertirse en uno de los legados más visibles de este sexenio en materia de salud.
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