Una ley para callarte, vigilarte y encima decidir por ti
Por Bruno Cortés
En México se está discutiendo una ley que no solo podría afectar tu libertad de expresión, sino también meter mano en tu privacidad, tu información personal y hasta en los servicios públicos que usas todos los días. ¿Suena exagerado? No lo es. Y por eso varios diputados, sobre todo del PAN, están prendiendo las alarmas.
El diputado Elías Lixa, coordinador de la bancada panista, fue muy claro: esta reforma en telecomunicaciones promovida por la virtual presidenta electa, Claudia Sheinbaum, concentra el poder en una sola persona. No es metáfora, es literal. La nueva Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones (ATDT) desaparecería al actual IFT —un órgano autónomo que vigila que las telecomunicaciones no se usen como herramienta de poder— y pondría todo ese control en las manos de un solo titular. Alguien que, por cierto, no tendría contrapesos ni supervisión real.
Lixa lo llamó como debe llamarse: una ley de censura. Porque no solo se trata de reorganizar oficinas: esta iniciativa permitiría, por ejemplo, que esa nueva agencia decida quién puede publicar qué en internet, qué plataformas pueden operar, o incluso bajar contenido digital si considera que no cumple con los “lineamientos” del gobierno. En una democracia eso no solo es delicado, es peligroso.
Y aunque el Senado pospuso la discusión, el PAN advierte que esto no se ha detenido, solo se tomó un respiro. Todo apunta a que en un periodo extraordinario se retomará el tema, sin que se hayan modificado los puntos más controvertidos. Por eso Lixa pidió estar alertas y exigir que la ley sea revisada, modificada y debatida en serio, no aprobada en fast track.
Pero eso no es todo. El diputado Héctor Saúl Téllez puso otro punto sobre la mesa: el uso indiscriminado de datos personales. Con esta misma ley se quiere aprobar algo llamado “Llave MX”, que permitiría usar la CURP electrónica junto con datos biométricos (como tu huella o tu rostro), sin que haya pasado por un debate serio en la Cámara de Diputados. Lo dan por hecho como si ya fuera ley, pero ni siquiera se ha autorizado formalmente. Eso sí, ya planean usarla como llave maestra para todos los trámites con el gobierno.
Según Téllez, esto no es un avance en eficiencia ni una mejora regulatoria, como lo pinta Morena. Al contrario: es una ley centralista, autoritaria, y que pone en riesgo derechos fundamentales, además de romper con 25 años de esfuerzos para facilitar trámites sin poner en riesgo la información de las personas.
Y si a eso le sumas el tema de las guarderías infantiles, que ahora Morena dice que quiere reabrir (después de haberlas cerrado hace años), pues hay razones para dudar. Lixa no se anduvo por las ramas: si el gobierno de verdad quiere apoyar a las madres trabajadoras, que reabra las estancias infantiles en todo el país, no que se ande tomando fotos en Juárez como si fuera un logro propio.
Mientras tanto, otros temas como los apagones eléctricos o las declaraciones poco serias de legisladores oficialistas, siguen distrayendo de lo esencial: lo que está en juego no es solo una nueva ley. Es tu privacidad, tu libertad para informarte, para opinar, para comunicarte… y para que nadie más decida por ti qué puedes decir o hacer en internet.
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