En lo que va del año, del 1 de enero al 7 de mayo de 2025, más de 45 mil mexicanos han sido repatriados a nuestro país, según informó la presidenta Claudia Sheinbaum en su conferencia matutina. El dato no es menor: refleja el flujo migratorio en medio de una transición política en Estados Unidos, con el cierre de la administración de Joe Biden y el arranque de la de Donald Trump.
En total, 45,875 connacionales regresaron a México de manera asistida o voluntaria, utilizando los 14 puntos fronterizos terrestres y vuelos PRIM hacia el centro y sur del país. Las principales ciudades receptoras han sido Villahermosa, Tapachula y el AIFA. Además, se registraron 37,471 deportaciones de mexicanos y 5,511 de personas extranjeras.
Sheinbaum subrayó que se ha notado una disminución importante en los flujos migratorios desde la frontera sur hacia el norte, un fenómeno que ha sido posible, en parte, gracias a una reestructuración del sistema migratorio mexicano.
Y es que el Instituto Nacional de Migración (INM) está atravesando un proceso de reestructuración interna, con la llegada de un nuevo comisionado y la intención de ordenar mejor las estancias temporales o definitivas de personas migrantes. Según Sheinbaum, el objetivo es claro: “atención con enfoque de derechos humanos”, tanto para quienes cruzan por México como para quienes deciden quedarse.
La mandataria también respondió a las 69 recomendaciones emitidas por el Comité de la ONU que vela por los derechos de los trabajadores migratorios. Aclaró que tanto la Secretaría de Gobernación como la de Relaciones Exteriores ya establecieron comunicación con Naciones Unidas para explicar el funcionamiento del sistema migratorio en México.
Y sobre la crítica por una supuesta militarización de la política migratoria, fue tajante: “No es cierto”. Afirmó que los más de 110 mil elementos de la Guardia Nacional participan en tareas de apoyo humanitario, no de represión.
En palabras de Sheinbaum, lo que su gobierno está haciendo es fortalecer las instituciones migratorias con un enfoque claro: que quien llegue, sea ayudado, y que quien regrese, sea respetado. Una política que busca poner el rostro humano en el centro de la migración.

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