La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, fue clara y directa: los operativos contra la extorsión van a continuar. Su declaración llega luego de los recientes bloqueos en el sur del Estado de México, organizados presuntamente por grupos vinculados a la Familia Michoacana, en respuesta a un operativo que sacudió a esa región.
Desde Palacio Nacional, la mandataria confirmó que fueron cateadas varias propiedades y detenidas múltiples personas durante el operativo coordinado entre la Fiscalía del Estado de México, la Secretaría de Seguridad estatal y el Gobierno federal.
“Fueron muchos inmuebles y muchas personas detenidas… Vamos a seguir actuando en la detención de personas que se dedican a la extorsión”, afirmó Sheinbaum. Además, subrayó que muchas de estas acciones derivan de denuncias ciudadanas hechas al número 089, que ya están dando resultados concretos.
Y aunque aún no se ha informado del número exacto de detenidos o del saldo del operativo, lo que sí está claro es que las acciones del gobierno encendieron la reacción del crimen organizado.
El lunes 22 de julio, en municipios como Valle de Bravo, Ixtapan de la Sal, Temascaltepec, Tlatlaya y Tejupilco, aparecieron bloqueos de caminos y vialidades, encabezados por presuntos miembros de sindicatos del transporte público y de carga. De acuerdo con autoridades, estos grupos estarían vinculados con La Familia Michoacana, una de las organizaciones criminales con más presencia en esa región.
Aunque los bloqueos fueron retirados entrada la tarde, dejaron un mensaje claro: la lucha contra la extorsión no será sencilla. Sin embargo, la presidenta Sheinbaum reiteró que el gobierno no retrocederá.
“Es una zona que sufre un problema de extorsión importante y se actuó. Entonces, hubo población que no estuvo de acuerdo, incluso cerraron carreteras, y siempre se actúa con responsabilidad para evitar una confrontación mayor”, explicó.
Sobre quiénes participaron en los bloqueos, Sheinbaum evitó conclusiones apresuradas. Dijo que se debe investigar bien antes de emitir una opinión definitiva. “Habría que ver exactamente quiénes fueron, cómo fueron, y a partir de ahí ya emitir una opinión”.
La estrategia del gobierno parece apuntar a una respuesta firme pero cuidadosa, que combine operativos con inteligencia, coordinación institucional y el respaldo de la ciudadanía.
Con estas acciones, el Gobierno de México lanza una señal: los tiempos de impunidad para quienes extorsionan y se enriquecen del miedo, podrían estar contados. Al menos, si los operativos continúan con la misma determinación.
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