
Sheinbaum llama al INE y al TEPJF a garantizar voto libre en histórica elección judicial
Por Juan Pablo Ojeda
En plena recta final hacia la primera elección popular del Poder Judicial en la historia de México, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo alzó la voz este viernes desde Palacio Nacional para defender un principio fundamental: que la ciudadanía vote libremente y sin presiones. Frente a la polémica por supuestos «acordeones» con nombres de candidatos afines a la llamada Cuarta Transformación, Sheinbaum pidió la intervención del Instituto Nacional Electoral (INE) y del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).
“Quien garantiza una elección democrática siempre es el pueblo. A todas y a todos, voten libremente”, dijo Sheinbaum en su conferencia matutina, subrayando que la libertad del voto es la base de cualquier democracia sólida.
En redes sociales han circulado imágenes de papeles con los números de los candidatos judiciales que presuntamente serían repartidos para guiar el voto en favor de perfiles ligados al movimiento obradorista. Estos «acordeones» han encendido las alarmas, no solo en la oposición, sino también entre organismos internacionales como la ONU, que ya han mostrado preocupación por la posibilidad de intromisión del Ejecutivo o incluso del crimen organizado en el proceso.
Sheinbaum, consciente del peso simbólico y político que tiene esta elección —en la que más de 99.7 millones de mexicanos están llamados a las urnas para elegir 881 cargos en el Poder Judicial— dejó claro que los órganos electorales deben asumir su responsabilidad.
“Tienen que intervenir los organismos electorales, el INE, el Tribunal Electoral, pero libertad, voto libre, secreto y directo”, insistió.
La campaña por estos puestos, que arrancó el pasado 30 de marzo y concluirá el 28 de mayo, ha sido una de las más vigiladas y debatidas de los últimos años. No es para menos: por primera vez, los ciudadanos podrán elegir directamente a magistrados y jueces de cuerpos clave como la Suprema Corte, el Tribunal de Disciplina Judicial y el Tribunal Electoral.
Este ejercicio sin precedentes, que forma parte de la reforma impulsada por el presidente Andrés Manuel López Obrador antes de dejar el cargo, ha sido presentado como un paso hacia una justicia más cercana al pueblo. Sin embargo, también ha generado controversia por el riesgo de politizar aún más un poder que, por su propia naturaleza, debe ser independiente.
El llamado de Sheinbaum, más allá del protocolo, tiene una doble lectura: por un lado, se distancia del posible acarreo o manipulación del voto a través de listas o guías; por otro, busca posicionarse como una presidenta que respeta las reglas del juego democrático justo cuando comienza su mandato.
De cara al cierre de campañas, el mensaje no solo es para los votantes, sino también para los árbitros electorales: todos los ojos están puestos en ellos. Porque si este experimento judicial sale mal, el costo no será solo político, sino estructural para la democracia mexicana.
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