
Sheinbaum impulsa calles seguras y con vida en Acapulco
Por Juan Pablo Ojeda
Acapulco está cambiando. Y no solo en discurso. Con calles aún marcadas por el paso devastador de los huracanes Otis y John, la presidenta Claudia Sheinbaum llegó al puerto con algo más que promesas: arrancó oficialmente el programa “Senderos para las Mujeres Libres y Seguras: Senderos de Paz”, una iniciativa de rehabilitación urbana con perspectiva de género que busca devolverle vida y seguridad a las calles del puerto.
La idea es sencilla pero poderosa: si los espacios públicos están bien iluminados, cuidados, accesibles y llenos de color, más personas —especialmente mujeres— se sentirán seguras al transitarlos. Por eso, este programa forma parte del plan integral “Acapulco se Transforma Contigo”, que no solo está enfocado en reconstruir lo que destruyeron los huracanes, sino también en renovar la forma en que se habita la ciudad.
Con una inversión de 111 millones de pesos, el plan contempla la intervención de 10 tramos de 500 metros a lo largo de la icónica Costera Miguel Alemán, desde el Parque Papagayo hasta la Base Naval, incluyendo zonas como Puerto Marqués, Costa Azul, Avenida Universidad y Pie de la Cuesta. En esos tramos se harán trabajos de reencarpetado de calles, instalación de luminarias, murales, áreas verdes y banquetas accesibles, todo pensado para que caminar por ahí se sienta seguro, libre y digno, no solo funcional.
Durante el evento, Sheinbaum explicó con palabras simples por qué este tipo de acciones importan: “A veces una calle es segura, pero como está oscura, prefiere uno no salir”, dijo. Y tiene razón. La percepción de seguridad está ligada directamente a cómo luce y se siente el entorno, sobre todo para mujeres, niñas y personas con discapacidad.
El proyecto es encabezado por el Fondo Nacional de Turismo (Fonatur), y su director, Sebastián Ramírez Mendoza, aclaró que se trata de una idea que ya se probó antes en la Ciudad de México, con buenos resultados. La apuesta ahora es llevar ese modelo a Acapulco, adaptado a su contexto y necesidades. Según Fonatur, las obras terminarán en diciembre de este mismo año, justo a tiempo para las fiestas decembrinas, que representan un respiro económico para muchas familias del puerto.
Pero no todo se queda en banquetas y faroles. El programa también incluye una estrategia para mejorar la recolección de basura, un tema que ha sido crítico en Acapulco desde hace años. El encargado de Fonatur Infraestructura, Alan Aizpuru Akel, presentó un modelo de manejo integral de residuos sólidos, con rutas, horarios y corresponsabilidad entre autoridades, empresarios y vecinos. Porque tener calles limpias también es parte de la seguridad y la calidad de vida.
Además, se están llevando a cabo trabajos para rehabilitar la red hídrica de la ciudad: pozos, drenaje, tuberías… todo lo que no se ve pero se siente cuando falta. La presidenta dejó claro que estas obras se coordinan con instancias municipales y estatales, en una especie de trabajo en equipo que busca devolverle a Acapulco algo más profundo que sus playas: la esperanza de vivir mejor.
Este tipo de intervenciones hablan de una política pública que pone el foco en las mujeres, la seguridad cotidiana y la reconstrucción del tejido urbano, algo que pocas veces se explica con claridad, pero que se nota cuando empieza a funcionar.
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