Seattle firma remontada histórica y se adueña de la NFC

Por Juan Pablo Ojeda

Lo que se vivió en el Lumen Field fue uno de esos partidos que explican por qué la NFL engancha como ningún otro deporte. Cuando todo parecía perdido, los Seattle Seahawks se sacudieron una desventaja de 16 puntos en el último cuarto y terminaron venciendo 38-37 a los Los Angeles Rams en tiempo extra, en una remontada que ya se perfila como una de las más memorables de la temporada.

Los Rams llegaron sin complejos a territorio hostil. Sean McVay salió agresivo desde el inicio, jugándose cuartas oportunidades y apostando por un plan de ataque que buscó imponer condiciones desde temprano. Aun así, fueron los Seahawks los que golpearon primero. Kenneth Walker encendió al estadio con una escapada de 46 yardas y más tarde Zach Charbonnet culminó una serie terrestre que puso a Seattle en ventaja.

Los angelinos no tardaron en responder. Su ataque terrestre dominó buena parte de la primera mitad, aunque les costó reflejarlo en el marcador. Dos goles de campo y una anotación del ala cerrada Terrence Ferguson mantuvieron a los Rams en la pelea, pero Seattle logró irse al descanso arriba 14-13 con otra anotación de Walker, aprovechando mejor sus oportunidades.

El tercer cuarto fue completamente distinto. Los Rams ajustaron, como lo han hecho toda la campaña, y tomaron el control del juego. Primero recuperaron la ventaja con un gol de campo, luego capitalizaron una intercepción a Sam Darnold para que Blake Corum llegara a las diagonales y, en la siguiente ofensiva, Puka Nacua firmó una joya con una recepción espectacular tras un pase sin ver de Matthew Stafford. Con esa ráfaga, el partido parecía definido.

Pero Seattle se negó a rendirse. Un despeje corto cambió la inercia cuando Rashid Shaheed lo regresó 43 yardas para touchdown y, con la conversión de dos puntos, los Seahawks volvieron a respirar. La ofensiva retomó confianza, Shaheed volvió a castigar por la banda y Darnold conectó con AJ Barner en un envío de 26 yardas que dejó el marcador a solo dos puntos.

La jugada más polémica llegó en la conversión para empatar. Lo que parecía un pase incompleto terminó siendo marcado como balón suelto tras la revisión, decisión que permitió a Seattle igualar el partido y llevarlo al tiempo extra, con el estadio convertido en una caldera.

En la prórroga, los Rams parecían encontrar oxígeno cuando una intercepción a Stafford fue revertida, y esa misma ofensiva terminó con otra anotación de Puka Nacua. Aun así, los Seahawks no bajaron los brazos. Jaxon Smith-Njigba apareció en el momento grande con el touchdown del empate y, con la conversión exitosa, Seattle selló una victoria inolvidable.

El triunfo no solo fue épico por la forma, también por lo que significa: los Seahawks se quedaron con el liderato del Oeste de la NFC y, con dos juegos por disputarse, se colocaron como el primer sembrado de la Conferencia Nacional. Una noche que quedará marcada como el punto más alto de su temporada.