Morena endurece reglas de asistencia tras polémica de Cuauhtémoc Blanco

Por Juan Pablo Ojeda

El Grupo Parlamentario de Morena en la Cámara de Diputados decidió poner mano dura respecto a la asistencia de sus legisladores al Pleno, luego de la polémica protagonizada por Cuauhtémoc Blanco, quien se conectó a una sesión mientras jugaba pádel.

A partir del 22 de octubre, será obligatoria la presencia de los diputados de Morena que formen parte de los órganos directivos del Grupo Parlamentario y de la Mesa Directiva de San Lázaro. Entre los legisladores con asistencia ineludible destacan Ricardo Monreal, coordinador de Morena; Pedro Haces, coordinador de Operación Política; las vicecoordinadoras Gabriela Jiménez y Dolores Padierna; así como otros miembros clave como Alfonso Cuéllar, Arturo Ávila, Sergio Gutiérrez Luna y Julieta Villapando.

Además, deberán acudir los diputados que formen parte de comisiones ordinarias con reuniones agendadas en días de sesión del Pleno, así como aquellos que tengan que presentar iniciativas. La nueva directriz establece que, como mínimo, 80 legisladores de Morena deben participar en las sesiones ordinarias del Pleno.

El cambio de reglas surge después de que Cuauhtémoc Blanco, exfutbolista y exgobernador, se conectara a la sesión de la Comisión de Presupuesto desde una cancha de pádel el 20 de octubre, mientras se discutía la Ley de Aguas Nacionales. Blanco apareció en cámara unos segundos, confirmó su asistencia pero no emitió su voto y luego desapareció de la sesión.

Ante la polémica, Blanco justificó su conducta con razones médicas y deportivas: “A mí me encanta el pádel. Gracias a dios soy deportista. No nada más juego pádel, juego básquetbol. Me hice unos estudios hace poquito porque necesito hacer ejercicio… mi corazón necesita hacer ejercicio”, explicó. También asumió las posibles consecuencias: “Si me quieren multar, que me multen”.

Con esta medida, Morena busca reforzar la disciplina legislativa y garantizar que los diputados cumplan con su responsabilidad parlamentaria, evitando que situaciones como la de Blanco vuelvan a poner en entredicho la seriedad de las sesiones en la Cámara de Diputados.