En San Lázaro, donde rara vez todos se ponen de acuerdo, algo inusual ocurrió: los líderes parlamentarios se sentaron a platicar, de frente, con la secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez. Fue en la Junta de Coordinación Política (la famosa Jucopo), y según el priista Rubén Moreira, el encuentro fue bueno. Pero ojo, no suficiente.
Moreira, quien coordina a los diputados del PRI, dijo sin rodeos que hace falta repetir más seguido este tipo de diálogos. ¿La razón? Romper la polarización, esa que hoy parece ser el deporte nacional en todos los niveles de gobierno. Porque mientras unos acusan y otros desmienten, la inseguridad crece, la economía se tambalea y la gente no ve soluciones.
En la reunión con Rosa Icela se tocaron varios puntos: la crisis migratoria, el tema de seguridad —que para Moreira está en estado crítico—, la ley de telecomunicaciones y hasta los últimos acontecimientos políticos. Y aunque no detallaron mucho, el mensaje fue claro: urge más apertura del gobierno y menos cerrazón.
Uno de los puntos que el PRI puso sobre la mesa fue la instalación de la Comisión Bicameral de Seguridad Nacional, un órgano clave para coordinar estrategias entre Senado y Cámara de Diputados. Según Moreira, la secretaria “tomó nota”, pero lo importante será ver si de verdad se concreta o se queda como otro compromiso en papel.
Y mientras se espera ese seguimiento, ya se anticipa otra visita importante: el nuevo secretario de Seguridad, Omar García Harfuch, irá al Congreso la próxima semana. Moreira adelantó que ahí sí van a ir al grano: le van a cuestionar directamente sobre el estado real del país en materia de seguridad. Nada de discursos bonitos.
Pero no todo fue de política interior. Moreira también alzó la voz sobre un tema que pega directamente en los bolsillos de millones: el impuesto del 3.5% a las remesas aprobado por la Cámara de Representantes de Estados Unidos. Para el priista, esto fue un golpe durísimo a muchas familias mexicanas que dependen de esos envíos, y, según él, en parte fue consecuencia de la actitud del expresidente López Obrador, quien —dice— “se pavoneó” con las cifras de remesas y eso irritó a los legisladores gringos.
Además, el líder priista no se guardó críticas a la política exterior del sexenio anterior: “Durante seis años no se hizo diplomacia. Se rompieron relaciones con muchos países”, acusó. Para él, el problema ahora es que México está débil en sus relaciones internacionales, y eso nos está costando caro.
Y por si fuera poco, también se refirió al enojo de la CNTE, que ha vuelto a tomar calles en la Ciudad de México. ¿El motivo? Promesas incumplidas, según Moreira. Dijo que el presidente les ofreció echar atrás una reforma pensionaria de hace dos décadas y garantizar un salario mínimo profesional, pero nada de eso se cumplió. “Les mintieron”, acusó.
En resumen, el Congreso empieza a levantar la voz no solo para legislar, sino para pedir cuentas. Y aunque los diálogos como el que ocurrió con Rosa Icela son un paso, lo que queda claro es que las tensiones se están acumulando en varios frentes: seguridad, economía, relaciones exteriores y movimientos sociales. ¿Llegarán a acuerdos reales o todo quedará en buenos deseos? Esa es la pregunta que flota en el aire del recinto de San Lázaro.
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