En la política mexicana no todo es pleito, reforma o escándalo. A veces, también hay gestos simbólicos que, aunque no muevan millones de pesos, sí dicen mucho. Uno de esos gestos está por circular en todo el país en forma de un billete de lotería. Sí, un simple cachito, de esos que la gente compra con la esperanza de pegarle al gordo, pero que esta vez trae algo más profundo: el reconocimiento al trabajo de las mujeres de América Latina y el Caribe.
La diputada Anais Miriam Burgos Hernández, de Morena y presidenta de la Comisión de Igualdad de Género en la Cámara de Diputados, presentó emocionada este billete durante una conferencia en el Senado. No es cualquier diseño: en él aparece el logotipo de la XVI Conferencia Regional sobre la Mujer, donde un colibrí —símbolo poderoso en muchas culturas indígenas— vuela como emblema de resistencia, libertad y transformación.
Este billete forma parte de la antesala del Foro Parlamentario de América Latina y el Caribe, que se celebrará el 11 de agosto en San Lázaro. Ahí se reunirán legisladoras de toda la región para hablar de temas que van más allá del discurso: el derecho de las mujeres al cuidado, al autocuidado, a vivir sin violencia, y, sobre todo, a participar en pie de igualdad en la política y en la vida pública.
Y no es casualidad que este foro se realice justo ahora. Como recordó la diputada Burgos, por primera vez en la historia, el Congreso de la Unión tiene paridad de género en ambas cámaras. Pero no basta con tener más mujeres en el poder: lo importante es qué hacen con ese poder. Y aquí es donde entran programas como Tejedoras de la Patria, impulsado por la Secretaría de las Mujeres, que busca llevar información, apoyo y redes de cuidados hasta los rincones más alejados del país.
La diputada también destacó el liderazgo de figuras clave como la presidenta Claudia Sheinbaum y la jefa de Gobierno capitalina, Clara Brugada, quienes —según dijo— están poniendo el tema de los cuidados en el centro de la agenda pública. ¿Y qué es eso de los cuidados? Pues básicamente todo ese trabajo no remunerado que hacen millones de mujeres: cuidar niños, personas mayores, enfermos… cosas que sostienen la vida, pero rara vez se pagan o se valoran.
En medio de estos temas tan profundos, el billete de lotería parece una cosa menor. Pero Burgos lo explicó bien: la Lotería Nacional, con su canto de números y su tradición centenaria, también tiene una cara solidaria. Muchos de sus recursos van a salud, educación y programas sociales. Y en este caso, el cachito se convierte en una especie de mensaje itinerante, que viaja por todo México recordando que las mujeres no sólo existen, sino que resisten, construyen y lideran.
Así que si ves por ahí un billete de lotería con un colibrí colorido, ya sabes que no es cualquier boleto. Es un símbolo. De lucha, de memoria y de futuro. Porque como bien dijo la diputada: “La fortuna se comparte, y a veces, un cachito puede cambiar más de una vida.”
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