Después de semanas de incertidumbre, rumores y nombres que iban y venían, Chivas del Guadalajara finalmente dio el golpe sobre la mesa: el argentino Gabriel Milito es el nuevo director técnico del equipo más mexicano de la Liga MX. Así lo anunció el club este lunes, confirmando que el exdefensa del Barcelona y Zaragoza se hará cargo del primer equipo para el Torneo Apertura 2025 y la Leagues Cup.
Milito, de 44 años, no es ningún improvisado. Aunque su nombre genera ruido por su pasado como jugador en clubes de élite y con la Selección Argentina, lo que hoy lo trae a Verde Valle es su seriedad como estratega. Tras arrancar su carrera en las inferiores de Independiente, ha dirigido a equipos como Estudiantes de La Plata, O’Higgins de Chile, Argentinos Juniors y, más recientemente, al Atlético Mineiro de Brasil, con el que llegó hasta una final de Copa Libertadores.
🇫🇷 Unidos como un solo Rebaño. Desde hoy la Nación Chiva le acompaña en cada paso 🐐 pic.twitter.com/M396tnWQ6A
— CHIVAS (@Chivas) May 27, 2025
El reto que le espera no es menor. Llega a un equipo que arrastra la presión de una afición exigente, la sombra de 12 títulos de liga —el último en 2017— y la urgencia de acercarse al América, que con 15 campeonatos y un triplete reciente, presume de ser el más grande. Para colmo, Milito toma el timón tras el fracaso de Gerardo Espinoza, quien dejó al Rebaño fuera de zona de clasificación.
Pero no todo son nubes. El argentino tendrá a disposición un plantel con calidad comprobada: desde los seleccionados nacionales José Rangel, Roberto “Piojo” Alvarado y Luis Romo, hasta figuras con pasado europeo como Erick Gutiérrez y Alan Pulido. Sin olvidar al referente máximo, Javier “Chicharito” Hernández, máximo goleador de la Selección Mexicana y emblema rojiblanco.
La apuesta de Chivas es clara: dar un giro de calidad y volver a competir al máximo nivel. Y lo hace con un técnico que no solo entiende el juego, sino que lo vivió desde la elite. Si algo ha demostrado Milito es que no le tiembla la mano para trabajar con jóvenes, moldear proyectos y plantarle cara a los grandes.
Ahora toca ver si su filosofía y estilo se adaptan al entorno mexicano, donde el margen de error es corto y la pasión se desborda desde la jornada uno. La Nación Rojiblanca, mientras tanto, vuelve a soñar.
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