El FC Barcelona Femenil ya está en Ciudad de México, y no pasó desapercibido. Aterrizaron este martes y fueron recibidas con una cálida —y muy entusiasta— bienvenida por parte de decenas de aficionados que no perdieron la oportunidad de tomarse fotos y pedir autógrafos a sus ídolas. Porque sí, no todos los días se tiene tan cerca a campeonas del mundo y ganadoras del Balón de Oro.
Las más solicitadas, como era de esperarse, fueron Aitana Bonmatí y Alexia Putellas, dos de las jugadoras más reconocidas del planeta, íconos del fútbol femenino que se tomaron el tiempo de firmar balones, camisetas y hasta celulares, además de regalar sonrisas en cada selfie. Eso sí, ninguna de las jugadoras dio declaraciones a los medios presentes en el aeropuerto.
Este viaje marca la tercera vez consecutiva que el Barça Femenil visita México, esta vez con plantel completo y ocho jugadoras del equipo filial. La gira incluye dos partidos de pretemporada: el viernes en Monterrey ante un combinado de estrellas de la Liga MX Femenil, y el domingo en el Estadio Azteca, frente al Club América Femenil.
Las figuras disponibles para el técnico Pere Romeu incluyen nombres de peso: las arqueras Cata Coll y Gemma Font; defensas como Mapi León, Marta Torrejón e Irene Paredes; el talento en medio campo de Patri Guijarro, Bonmatí y Alexia, y la potencia ofensiva de Salma Paralluelo, Ewa Pajor, Graham Hansen y compañía. Por si fuera poco, también llegan con jóvenes promesas como Celia Segura o Txell Font, del filial.
Durante su estancia, entrenarán en las instalaciones del Club América, cumplirán con compromisos de patrocinio y promoción, y luego viajarán a Monterrey el jueves. El sábado regresan a la CDMX para el duelo contra el América, equipo que, por cierto, ahora cuenta con Sandra Paños y Bruna Vilamala, dos exblaugranas que seguro tendrán un reencuentro emotivo con sus antiguas compañeras.
La visita del Barça Femenil no es solo una gira de pretemporada. Es también una forma de acercar el fútbol femenino de primer nivel a las aficionadas y aficionados mexicanos, en un momento donde el deporte femenil crece como nunca en el país. Ver en acción a jugadoras de esta talla no solo emociona, también inspira.
Y aunque el equipo regresará a España después del partido del domingo, el eco de su visita quedará, sobre todo para una generación de niñas que pudo ver de cerca que sí se puede soñar en grande… y vestir de azulgrana.
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