
Recetas fantasmales para el Día de Muertos: cinco platillos que sorprenden
En el marco del Día de Muertos en México, la gastronomía se convierte en un elemento esencial para rendir homenaje a los seres queridos que ya no están. Las ofrendas no solo reúnen símbolos y flores, sino también sabores que evocan recuerdos y refuerzan la identidad cultural del país. Durante esta celebración, millones de familias mexicanas preparan platillos tradicionales que los difuntos disfrutaban en vida, como una forma de mantener vivo el vínculo entre generaciones.
Este año, la tendencia de las “recetas fantasmales” propone reinterpretar la cocina tradicional con toques modernos y accesibles. La propuesta incluye cinco platillos que combinan tradición y creatividad: mole de olla con quinoa, tamales de calabaza dulce rellenos de rajas y queso fresco, pan de muerto relleno de cajeta, calaveras de chocolate amargo personalizadas y atole de chocolate caliente.
El mole de olla, uno de los guisos más representativos del país, se reinventa con una versión vegana en la que la carne se sustituye por quinoa y se conservan los chiles secos, las hierbas y el sabor especiado que lo caracterizan. Esta adaptación busca ofrecer una alternativa saludable sin perder la esencia de la receta ancestral.
Los tamales de calabaza dulce con rajas y queso fresco mezclan la dulzura de la calabaza con el sabor picante del chile, convirtiéndose en una fusión perfecta entre lo tradicional y lo contemporáneo. Son ideales para servir en ofrendas o cenas familiares, y se distinguen por su aroma y textura suaves.
El pan de muerto relleno de cajeta aporta un giro innovador al clásico de la temporada. Preparado con levadura rápida, permite hornearse en menos de una hora y mantiene el inconfundible sabor de azahar que lo identifica. Este postre, símbolo del Día de Muertos, representa la ofrenda de afecto y memoria a quienes han partido.
Para el toque dulce y decorativo, las calaveras de chocolate amargo con mensajes personalizados en glaseado comestible se han vuelto una opción popular, especialmente entre los jóvenes. Su elaboración es sencilla y permite incluir nombres o frases de recuerdo, integrando la tradición al lenguaje visual de las redes sociales.
El maridaje ideal para acompañar estos platillos incluye un mezcal artesanal para resaltar el sabor del mole, y un atole de chocolate caliente para complementar los tamales o el pan de muerto durante las noches frías. Estas combinaciones refuerzan el carácter ritual y comunitario de la fecha, en la que el alimento se comparte como símbolo de vida y memoria.
Además de su valor cultural, estas recetas promueven la sostenibilidad y el aprovechamiento de los ingredientes. Se recomienda reutilizar sobras para preparar chilaquiles, moles o guisos al día siguiente, reduciendo el desperdicio alimentario y manteniendo viva la tradición culinaria mexicana.
El Día de Muertos es, en esencia, un banquete que une pasado y presente. La comida se convierte en puente entre mundos, un acto de amor que reafirma que en México, la muerte no tiene sabor a final, sino a reencuentro.
You may also like
Archivos
Categorías
- Análisis y Coyuntura
- Cámara de Diputados
- Cámara de Senadores
- CDMX
- Ciencia
- Ciencia y Tecnología
- clima
- Columnas
- Cultura
- Deportes
- educacion
- Entretenimiento
- Espectaculos
- Estados
- Estilo De Vida
- Experiencia gourmet
- Interesante
- Internacionales
- legislativo
- medio ambiente
- Nacional
- Negocios
- Politica
- Principal
- Salud
- Salud y Belleza
- Tecnología
- Turismo
- Uncategorized
Deja una respuesta