En medio de los señalamientos del Wall Street Journal sobre un posible debilitamiento del acuerdo de seguridad entre México y Estados Unidos, la presidenta Claudia Sheinbaum salió al paso para desmentir cualquier ruptura o riesgo en la cooperación bilateral.
Durante su conferencia matutina en Palacio Nacional, Sheinbaum fue clara y directa:
“No está en riesgo el acuerdo con Estados Unidos. No sé de dónde saca el Wall Street Journal sus fuentes, pero no están bien”, dijo la mandataria, al ser cuestionada sobre la publicación del diario estadounidense que advertía tensiones crecientes en la relación bilateral por la fuga de un operador criminal chino.
El tema tomó fuerza luego de que el medio revelara que Zhi Dong Zhang, presunto lavador de dinero y contrabandista de fentanilo vinculado a cárteles mexicanos, escapó del arresto domiciliario en el que se encontraba, mientras esperaba su extradición a EE.UU. La información provocó una lluvia de críticas, particularmente del entorno del expresidente Donald Trump, quien ha endurecido su postura respecto a México y el crimen organizado.
A pesar de ello, Sheinbaum dejó en claro que el documento de cooperación en seguridad ya está listo en su redacción, aunque todavía no hay fecha definida para su firma.
“Esta semana va a estar listo, pero no para firmar. Va y viene, prácticamente ya está la redacción, pero la firma todavía no se define cuándo”, explicó.
Lo importante, subrayó la presidenta, es que la colaboración entre México y EE.UU. sigue vigente y firme, basada en cuatro principios fundamentales:
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Respeto a la soberanía,
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Respeto a la territorialidad,
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Confianza mutua, y
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Cooperación en el marco de estos valores.
El caso de Zhi Dong Zhang, quien supuestamente escapó por un agujero en la pared de su casa, sí provocó molestia en el gobierno mexicano. La presidenta dijo que “el juez debió haber ordenado su prisión preventiva por tratarse de un ciudadano extranjero con acusaciones tan graves”, haciendo evidente su inconformidad con la actuación del Poder Judicial en este caso.
Mientras tanto, la presión desde Estados Unidos se mantiene, sobre todo por parte del entorno republicano. El Wall Street Journal incluso insinuó que la administración Trump estaría dispuesta a considerar acciones militares unilaterales si México no logra frenar al crimen organizado.
Sin embargo, el gobierno de Sheinbaum está apostando por mantener el diálogo y una política exterior basada en la cooperación, no en la confrontación. A diferencia de enfoques militarizados, su administración insiste en atender las causas estructurales de la violencia y seguir trabajando de manera conjunta, sin ceder soberanía.
Este episodio marca un primer reto internacional serio para la presidenta, apenas a semanas de haber tomado posesión. Pero también deja clara su postura: México no acepta presiones, pero sí está dispuesto a colaborar… siempre que sea con respeto y sin imposiciones.
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