En medio del revuelo que provocó la visita de Manuel Bartlett Díaz a Palacio Nacional, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo fue clara: “No tiene nada de malo”. Así lo afirmó durante su conferencia matutina de este jueves, luego de que circularan versiones que cuestionaban la presencia del exdirector de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) en el recinto presidencial.
Sheinbaum explicó que Bartlett acudió por motivos personales y para reunirse con una persona que trabaja en Consejería Jurídica, específicamente con quien fuera su jurídico durante su gestión al frente de la CFE. “Vino a ver a una persona que trabaja en Consejería, el que fue su jurídico durante su periodo”, detalló.
La mandataria señaló que, por protocolo, todos los visitantes al Palacio Nacional deben ingresar por el acceso principal, incluso si se trata de exfuncionarios. “Él llegó, entró y fue a ver a una persona para un asunto particular y salió. No tiene absolutamente nada de malo”, subrayó.
La reaparición pública de Bartlett ocurre en un contexto en el que la CFE ha sido blanco de críticas, principalmente de la oposición, por los recientes retos en la generación y abasto de energía eléctrica en diversas zonas del país. No obstante, Sheinbaum desestimó cualquier intento de convertir esta visita en un tema político o de escándalo mediático.
“Que le hayan hecho una campaña al licenciado Bartlett…”, comentó, haciendo referencia al ruido mediático que se generó tras su arribo al inmueble a bordo de una camioneta blanca, la cual ingresó directamente al estacionamiento techado del Palacio.
Sheinbaum también aprovechó para aclarar que Palacio Nacional no es solo la sede de la Presidencia, sino también un espacio donde laboran múltiples dependencias, como la Secretaría de Hacienda y buena parte del equipo de Consejería Jurídica del Ejecutivo Federal. “Aquí trabaja mucha gente, no solo la presidenta”, dijo.
Con esta postura, Sheinbaum buscó cortar de tajo las especulaciones sobre supuestos acuerdos o reuniones políticas encubiertas, reiterando que en su gobierno no hay nada que ocultar y que las visitas privadas, cuando ocurren bajo los cauces institucionales, no deben prestarse a sospechas infundadas.
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